En las afueras de Benabarre, a tan solo un par de kilómetros, encontramos la curiosa ermita de San Medardo, una ermita hexagonal que se construyó donde aparecieron los restos. Se sitúa en un lugar con parque infantil, merendero provisto de barbacoas y un magnífico entorno. La Ermita de San Medardo es el sitio ideal para pasar una jornada en familia.
La ermita de San Medardo es pequeña y está junto a la antigua casa del ermitaño. Adosada hay una fuente que aprovecha el manantial surgido cuando aparecieron las reliquias del santo. El agua brota de dos cabezas de buey hechas de bronce que recuerdan la leyenda que originó la construcción de la ermita.