Compuesto por cuatro valles de origen glaciar: Ordesa, Añisclo, Pineta y Escuaín, en torno al Monte Perdido y un macizo montañoso central.
Fue uno de los primeros parques nacionales del mundo, declarado el 16 de agosto de 1918.
Algunos de sus lugares son muy emblemáticos, como la Brecha de Rolando, puerta natural a 2.800 m de altitud que abre las fronteras con el Parque Nacional de los Pirineos en Francia.
Nieve, glaciares, bosques de hayas y abetos, cascadas en el fondo de los valles y desiertos de altura componen estos paisajes. Escenarios de montaña que son el destino de miles de excursionistas.
Para salvaguardar la riqueza cinegética de buena parte de la cordillera se declararon, alrededor del Parque Nacional de Ordesa, las Reservas Nacionales de Caza de Viñamala y de Los Circos en el año 1966.
Ya a finales de los setenta el Parque Nacional se incluyó en el marco del Programa MaB (Hombre y Biosfera) de la UNESCO en la Reserva de Ordesa-Viñamala, en coincidencia con la Reserva de Caza de Viñamala y el Parque Nacional del Valle de Ordesa (este último como núcleo de la Reserva).
A raíz del proyecto de inundación del Cañón de Añisclo para su aprovechamiento hidroeléctrico, diferentes instituciones y colectivos de ciudadanos se movilizaron para salvar este enclave. Las obras se paralizaron y en 1982 el Parque Nacional se amplió y reclasificó bajo el nombre de Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.